jueves, 17 de junio de 2010

En 150 palabras (4): Aquel que abandonó

Todo le parecía igual. Seguía sin creérselo. Todo tan insustancial, tan perdido de esencia. Él sólo veía la realidad, solo vivía cuando dormía, en el mundo de sus sueños, donde no habían tantas injusticias ni cosas desagradables. Simplemente estaban, y él podía viajar y moverse a su gusto. Cuando despertaba, notaba como si el mundo estuviera frío y vacío, como si le obligaran a vivir en aquel mundo que él no deseaba. Se asfixiaba en todo ese agobio, pero seguía formando parte del engranaje, como una pieza más que cumple la función para la cual ha sido engendrada. Su único deseo era escapar, huir de esa prisión que la gente llamaba realidad, evadirse en aquel paraíso de sueños donde todo estaba bien, tenía un orden lógico y que no precisaba de enfrentamientos, donde el orden imperaba. Así que un día se durmió y no volvió a aquel lugar nunca más.

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