martes, 29 de junio de 2010

En 150 palabras (16): Cielo Azul

No era cualquier día. Ese era el momento más crucial de su existencia, debía aprender a volar. De esa manera, decidido a cumplir el destino de su especie, aquel gorrión se lanzó desde el nido de su árbol, donde había crecido. Sabía como hacerlo, era su momento, desplegó sus alas, maniobró y ascendió. Tenía que tener cuidado con las corrientes de aire caliente, otras especies que intentarían cazarles, los humanos que les disparaban por algún motivo, etc. Atravesó una nube y se dijo que había volado mucho, volvió a su nido para descansar aquellas extremidades que no estaban acostumbradas a surcar el cielo azul. Antes de emprender su descenso, dedicó una mirada al mundo. Este le depara grandes y temibles cosas, pero las más importantes que le pasarán serán de su tamaño. Bajó a la par que el Sol en el horizonte, sólo para ver las estrellas en la noche.

En 150 palabras (15): Rebelión

Fue demasiado tarde. Para cuando intentaron reaccionar, los juguetes ya habían comenzado su ataque. Estaba todo milimétricamente estudiado: Los más afilados se preparaban para cortar los cables de los aparatos tecnológicos que les habían hecho sombra. Luego, los más grandes y pesados se pondrían en la salida para bloquearla y evitar una fuga. Los más cariñosos y amigables se lanzarían sobre ellos para comenzar su plan. Así, despertaron a los niños, los cuales fueron a avisar a sus padres, pero no podían salir de la habitación, por lo que intentaron enviarles un e-mail o por teléfono móvil, pero nada funcionó. No tenían salida, sin escapatoria. Los muñecos habían prevenido tales acontecimientos, así que no les quedó más remedio que jugar con ellos. De esta manera, los juguetes consiguieron su propósito: volver a sentirse especiales y queridos. Pudieron volver a ser tratados como hace tiempo, recuperando su honor y dignidad.

domingo, 27 de junio de 2010

En 150 palabras (14): Interesante...

Creía que este sitio podía ser más interesante. O al menos eso pensó en aquel momento, ya que veía como la gente malgastaba su vida delante de pantallas, de tecnología barata, la cual ya se había vuelto indispensable para las personas y que en un futuro cercano dominaría nuestras vidas. Así que empezó a crear su movimiento de protesta solidario, se desconectó de toda la tecnología que había desarrollado aquel maquiavélico y terrible mundo, por lo que decidió ir en contra de la maquinaria. Pero un determinado día, cuando volvió de un gran viaje que tomó en busca de otros mundos que tuvieran más cosas que ver, volvió a encender todo lo que le había provocado repulsión. ¿El motivo? No había más que ver, ya había desperdiciado su vida, y se encontraba como todos ellos, con la necesidad de seguir conectado. Sí, había terminado por infectarse, como muchos otros anteriormente.

En 150 palabras (13): Un lugar perfecto

Huyendo de lo desconocido, durante días de angustia y temor, llegó a aquel lugar. No era más que un bosque, pero seguía escapando de todo eso, así que siguió corriendo mientras los árboles y la noche le cubrían. No veía prácticamente nada, solo vislumbraba lo que tenía alrededor gracias a la tenue luz de la luna llena. Tropezó con una rama de un gran árbol, el cual estaba situado en medio de aquella masa vegetal. Se paró a intentar admirarlo, además de buscar un cobijo para recuperar el aliento. La iluminación que tenía fue suficiente para ver que uno de ellos estaba allí arriba. Y simplemente, le miraba. Así se quedaron un rato hasta que el miedo se apoderó de él. En vez de gritar, intentó ir con cuidado hacia delante, pero no se podía mover. Entonces le miró y observó que su perseguidor miraba a su sombra. Estaba perdido.

sábado, 26 de junio de 2010

En 150 palabras (12): Juegos...Parte 2

Mi objetivo estaba en frente mía. Según como le diera, conseguiría la partida perfecta o una derrota bochornosa. Apunté como pude, tiré a mi blanco y las demás se esparcieron. Sin duda había sido un gran movimiento, pero mi rival lo hizo un poco mejor. Simplemente, él tenía más experiencia que yo, que había empezado mi primera partida, por lo que esperaba que la suerte del novato me acompañara. Seguimos intercambiando disparos, despejando aquella masa, hasta que solo quedaba un último tiro más, y era mío, el más difícil. Un sudor frío de nerviosismo recorrió mi espalda. Me agaché tímidamente, y le golpeé como pude. Iba muy bien, pero le había dado mucho efecto y poca fuerza, así que aquello que intentaba mover fue lentamente parándose hasta ese borde abismal. Fallé, seguramente la diosa de estos juegos no me quiso mirar ese día, así que perdí mi partida de billar.

jueves, 24 de junio de 2010

En 150 palabras (11): Velocidad

Aquel era su día. El tan temido motorista correría contra aquella antigua maldición, la del corredor rojo, el cual siempre echaba de la carretera a sus oponentes, causando su muerte. Se decidió y empezó a correr. Sentía en su casco la presión del aire al ir a 200 kilómetros por hora. No le podían detener. La policía le persiguió un rato, pero se cansaron de no poder darle caza. Y allí, en la recta, cuando iba al límite, empezó el enfrentamiento con una moto de rojo, y su conductor,el cual estaba vestido de idéntico color. Clavó sus uñas en los guantes, aceleró, y cuando estaba a su lado, le miró al casco. Lo que vio no se podía explicar con palabras, así que entendió que experimentaron los antecesores al verlo. Maniobró bruscamente para adelantarle y derribarle. Desde ese momento, heredó su maldición, terminando con una leyenda e iniciando otra.

miércoles, 23 de junio de 2010

En 150 palabras (10) Bajo el puente...

Bajo aquel maldito puente, estaba todo lo que quedaba de mí. Había una violenta nevada, la cual veía caer, mientras yo me acomodaba en aquel sitio donde me sentía perfectamente, sin preocupaciones. En frente mía había un viejo, el cual siempre sonreía, no importaba que pasara. Al cabo de un rato, creo que me pasó algo, puesto que vi una sombra, una forma que a la vez no estaba definida. Aquel anciano me dijo que no tuviera miedo, que eso vendría a ayudarnos. Aquella figura se fue acercando, y no resultó ser más que un vehículo, del cual se bajaron unos hombres que habían llegado. Portaban un gesto serio en sus caras, ya que venían a por nosotros, metiéndonos en bolsas, certificando nuestra defunción y llevándonos lejos de ese lugar. Y allí seguimos todavía, aquel hombre y yo, bajo el puente viendo a la nieve caer, por toda la eternidad.

martes, 22 de junio de 2010

En 150 palabras (9): Juegos...

En aquel momento, no lo veía claro. Me desafiaba, tenía todo a su favor. Mis dedos se clavaban a la dura madera de la mesa, esperando encontrar el resquicio para poder pasar, para llegar a abatir a mi presa. Decidí continuar por un lado, entonces, él realizó un movimiento para intentar quebrar mi débil defensa. Sin embrago, esta no flaqueaba tanto como él creía, ya que en el momento que hizo eso cayó en la trampa que con tanto esmero había estado trabajando. Seguí la corriente de acontecimientos con acciones sin sentido, hasta que al final se dio cuenta, se enfureció al mismo tiempo que pensó otra estrategia, y realizó un movimiento que no estaba en mis cálculos. Me asusté, la tensión, la derrota, estaba todo perdido... menos mal que tenía un as bajo la manga y aquello tan desconcertante dejó un hueco. Había ganado definitivamente la partida de ajedrez.

lunes, 21 de junio de 2010

En 150 palabras (8): La luna en el agua

Abatido, ante la imagen de la luna en el agua, estaba él. Todos aquellos momentos, esos ratos que había disfrutado junto a ella, se habían quebrado. Ya no sabía que camino seguir, ni tampoco volver. Estaba completamente perdido, cada vez sentía más el final, acercándose lentamente. Y allí estaba él, mirando aquella luna llena, tan perfecta y completa, reflejada en el agua, como si perteneciera al fondo. Las olas que provocaba el fuerte viento la disiparon por un momento, pero continuaba allí. Se percató de que aquel reflejo era inalcanzable, pero sería lo más cerca que la tuviera. A partir de aquel entonces, fue a ver a aquel espejismo, convirtiéndose en su obsesión. Un día un pájaro pasó cerca de ella, rozándola con sus alas, creando perfectos y escasos momentos de armonía. Sí, definitivamente amaba esa vista, le conducía al olvido de sí mismo, a la redención de sus penas.

sábado, 19 de junio de 2010

En 150 palabras (7): Caminos

El niño no se lo podía creer quien estaba ayudándolos. Frente a él estaba aquel motorista al que todos odiaban, el cual estaba siempre por encima de los límites, saltándoselos sin que nadie le alcanzara. El joven solo tenía como pariente a su abuelo, con el cual paseaba todos los días por el parque felizmente. Pero un día, jugando, escuchó a un grupo que se estaba metiendo con su abuelo. Intentó ayudarle y defenderles, pero la tomaron con él. Fue entonces cuando apareció el corredor, el cual no se veía tan imponente bajado de su moto. Se peleó con aquellos indeseables, como si no necesitara su mente, solo la ansiedad suficiente para seguir luchando. Consiguió salvar a los dos, a cambio de ganarse una paliza, aunque también se ganó a un admirador, el cual lo defendería a capa y espada frente a cualquier insulto. Así dejó atrás su pasado.

En 150 palabras (6): Memoria

Ella se levantó esperando ver a su madre, pero no a lo que se encontró. Su madre no tenía ojos, no tenía la nariz que recordaba, no tenía labios para expresar esas bellas sonrisas...no tenía cara. Sin embargo, podía comunicarse sin abrir la boca. Aterrorizada y siguiéndole el juego, se vistió y salió a la calle. Su vecina, la típica que limpiaba el suelo antes de que ella saliera, la saludó de igual manera, escuchaba su voz pero no provenía de ningún orificio, sino que estaba en su propia cabeza. Siguió el día de la misma manera, yendo a su trabajo y de allí volviendo a su casa, queriendo gritar, queriendo librarse de todo... pero al fin se dio cuenta, corrió al baño, se preparó para lo que iban a contemplar sus ojos... o lo que fuera que viera. Por que allí estaba ella, igual que ellos. Sin cara.

viernes, 18 de junio de 2010

En 150 palabras (5): La existencia, breve contratiempo

Ahí estaba yo. Frente a frente con aquel que permitió que el tiempo pasara, con aquel que permitió que se esfumara de manera inexorable la estancia de mis seres queridos en este mundo. Yo, como un alma del espacio, decidí plantármelo delante de mi cara, de manera valiente. Aquello era lo más terrorífico que jamás pudieras ver, pero al mismo tiempo, lo más bello. Representaba el todo y la nada, el completo y lo incompleto, la oscuridad y a la vez la luz. No era más que la manifestación de ese ente llamado por sí mismo Verdad. Allí le pregunté sus motivos para emprender tales acciones. Y él me respondió levemente, como el que puede esperar eternamente, que sabía que yo vendría, por lo que continué mi camino y recogiéndome con unas manos en su infinita agonía y felicidad. Así acabé con él y me convertí en la nueva Verdad.

jueves, 17 de junio de 2010

En 150 palabras (4): Aquel que abandonó

Todo le parecía igual. Seguía sin creérselo. Todo tan insustancial, tan perdido de esencia. Él sólo veía la realidad, solo vivía cuando dormía, en el mundo de sus sueños, donde no habían tantas injusticias ni cosas desagradables. Simplemente estaban, y él podía viajar y moverse a su gusto. Cuando despertaba, notaba como si el mundo estuviera frío y vacío, como si le obligaran a vivir en aquel mundo que él no deseaba. Se asfixiaba en todo ese agobio, pero seguía formando parte del engranaje, como una pieza más que cumple la función para la cual ha sido engendrada. Su único deseo era escapar, huir de esa prisión que la gente llamaba realidad, evadirse en aquel paraíso de sueños donde todo estaba bien, tenía un orden lógico y que no precisaba de enfrentamientos, donde el orden imperaba. Así que un día se durmió y no volvió a aquel lugar nunca más.

En 150 palabras (3): Contamos contigo

Todos pensaban como uno. Sentían como uno. Iban a jugar como uno. Eso se les pasaba en la cabeza a todos los jugadores del equipo, el cual había sido reconocido por el mundo como el más grande en la historia reciente, como algo legendario que se da una vez en mucho tiempo. Ellos sabían que los consideraban buenos, incluso geniales, sabían porqué, pero había algunos que no lo entendían. Había uno de los jugadores que no lo asimilaba, acababa de llegar, ¿Qué pintaba ahí con ellos? Pero vio a sus compañeros riendo, todos de distintos equipos, incluso rivales centenarios, algunos de los cuales, meses antes se habían hasta peleado, pero ahora estaban allí con un objetivo. Y se decidió. Decidió que los acompañaría a crear una nueva leyenda junto con su país, convirtiéndose en orgullo de la devota afición. Y sus nombres quedaron grabados en los anales de la eternidad.

En 150 palabras (2): Resurgir

Aquel maldito día de lluvia, se levantó aquel que ellos no creían volver a ver. El hombre más simple, pero a la vez, menos común, vestido siempre de rojo escarlata, de la sangre de sus rivales, el temido "Dragón", llamado así por sus enemigos, seguía su camino, a pesar de que un revés por parte de estos le habían dejado sus alas marchitas, rotas y sin esperanza de volver a volar como antaño. Sin embargo, supo encajar el golpe. Esperó hasta cierto día, buscando otra vez su camino, pero en esta ocasión, ya no se contendría, liberaría todo lo que en su interior contenía. Ya no sería aquel hombre común con una segunda cara según las personas que le conocían. No, en esta ocasión y para siempre, emulando al fénix, renacería un nuevo ser, olvidando lo que había sido. Ahora, sería completamente un Dragón, pudiendo surcar los cielos para siempre.

En 150 palabras (1): Inseguridad en lo invisible

De pronto, en medio de la oscuridad, se levanta y mira a su alrededor en vano. Sabe que no tiene escapatoria, ya que le está esperando, acechando, espiando, en esa maldita oscuridad...Él sigue pendiente, por si escucha el menos atisbo de movimiento procedente de su némesis. Pero allí continua sin haber presencia de nada. Sin nada más que sus manos, intenta ir al centro de la sala, pero le da miedo, puesto que no sabe que habrá allí. Le teme a eso, y a no poder estar en contacto con algo, lo cual le daba algo de seguridad a pesar de la falta de luz. Sabía que era su opción, tenía que seguir recto. Gateando, se acercó al medio de la sala, y luego la cruzó completa. Llegó hasta el otro extremo sólo para al fin escuchar esas palabras que no deseaba oir: “Se te ha acabado el juego”

Bienvenidos a mi mundo, mi lugar

Bienvenidos al mundo del ayer y del hoy, del mañana y del pasado, de aquel en donde la libertad de expresión y de realización de obras no queda restringida a unos cuantos con suerte, donde hasta una simple persona puede publicar lo que desea en su más profundo ser. Aquí y de esta forma tan poco formal y ortodoxa comienza mi blog, en donde publicaré una micronovela de 150 palabras cada día. Espero que disfrutéis leyéndolas como yo haciéndolas. Ah, hoy pondré varias que llevo ya, es un día especial, esto comienza. Gracias al señor Walter Giulietti, del cual soy admirador y que me ha servido de inspiración para tomar prestada su idea, que no copiar, y hacer lo mismo. Todo sea con el fin de difundir la palabra y el mensaje, por el amor a la escritura y a la expresión más profunda de cada uno. Comencemos el viaje.



Deja libre a la melodía, deja fluir el mensaje bajo el puente...